Las
actividades
complementarias
y
extraescolares
en
el
contexto
de
las
compe-
tencias básicas-clave.
La
Comisión
Europea
de
Educación
ha
establecido
unas
competencias
clave
o
destrezas
básicas
necesarias
para
el
aprendizaje
de
las
personas
a
lo
largo
de
la
vida
y
ha
animado
a
los
estados
miembros
a
dirigir
sus
políticas
educativas
en
esta
dirección.
De
ahí
que
la
LOE,
haciéndose
eco
de
esta
recomendación,
ya
recogiese
en
su
artículo
6
como
definición
de
currículo
«el
conjunto
de
objetivos,
competencias
básicas,
contenidos,
métodos
pedagógicos
y
criterios
de
evaluación».
Después,
la
LOMCE
sigue
apostando
por
la
fundamentación
del
currículo
en
las
competencias,
las
amplía
de
cinco
a
siete
y
las
denomina
“clave”
en
vez
de
“básicas”.
Observando
la
descripción
de
cada
una
de
las
competencias
clave
en
relación
a
las
anteriores
competencias
básicas,
se
percibe
que
no
existe
un
cambio
en
su
finalidad
y
espíritu;
se
trata
más
de
un
cambio
de
terminología,
adaptándolo
a
los
conceptos
que
se
manejan
a
nivel
europeo).
Lo
importante
es
que
concretemos
la
gran
importancia
que
tienen
las
actividades
complementarias
y extraescolares en la consecución de las competencias básicas.
Se
define
la
competencia
clave
o
básica
como
la
capacidad
de
responder
a
demandas
complejas
y
llevar
a
cabo
tareas
diversas
de
forma
adecuada.
Supone
una
combinación
de
habilidades
prácticas,
conocimientos,
motivaciones,
valores
éticos,
actitudes,
emociones
y
otros
componentes
sociales
que
actúan
conjuntamente
para
lograr
una
acción
eficaz.
A
mayor
abundamiento,
se
reconocen
como
competencias
clave
aquellas
en
las
que
se
sustentan
la
realización
personal,
la
inclusión
social,
la
ciudadanía
activa
y
el
empleo;
además,
la
adquisición
de
las
competencias
básicas
va
ligada
al
fomento
de
los
valores
educativos
y
a
la
participación de las familias.
Las
competencias
básicas
proporcionan
la
capacidad
de
saber
hacer,
es
decir,
de
aplicar
los
conocimientos
a
los
problemas
de
la
vida
profesional
y
personal.
Son
susceptibles
de
adecuarse
a
una
diversidad
de
contextos.
Tienen
un
carácter
integrador,
aunando
los
conocimientos,
los
procedimientos
y
las
actitudes.
Permiten
integrar
y
relacionar
los
aprendizajes
con
distintos
tipos
de
contenidos,
utilizarlos
de
manera
efectiva
y
aplicarlos
en
diferentes
situaciones
y
contextos.
Deben
ser
aprendidas,
renovadas
y
mantenidas
a
lo
largo
de
toda
la
vida.
Las
competencias
básicas
contribuyen
a
adaptar
el
proceso
de
enseñanza-
aprendizaje
a
la
sociedad
actual
-en
continuo
cambio-
y
a
transformar
el
concepto
tradicional
de
enseñanza
basado
en
la
adquisición
de
conocimientos
en
un
concepto
moderno
de
aprendizaje
basado
en
la
capacidad
de
resolver
situaciones
a lo largo de la vida.
En
función
de
las
premisas
expuestas,
la
LOE
establecía
que
las
competencias
básicas
se
adquieren
tanto
a
través
de
las
áreas
curriculares
-cada
una
de
las
áreas
ha
de
contribuir
al
desarrollo
de
las
competencias
transversales
y
cada
una
de
las
competencias
básicas
se
alcanzará
desde
el
trabajo
de
varias
áreas
o
materias-,
como
con
la
aplicación
de
medidas
no
curriculares
–organización
y
funcionamiento
del
centro
educativo,
acción
tutorial,
planificación
de
actividades
complementarias
y
ex-traescolares,
etc.;
y
se
entiende
imprescindible
en
el
empeño
contar
con
la
coordinación
de
centros,
familias
y
sociedad
en
general.
Y
la
LOMCE
especifica
que
“para
una
adquisición
eficaz
de
las
competencias
y
su
integración
efectiva
en
el
currículo,
deberán
diseñarse
actividades
de
aprendizaje
integradas
que
permitan
al
alumnado
avanzar
hacia
los
resultados de aprendizaje de más de una competencia al mismo tiempo.
Las competencias clave se definen:
Comunicación
lingüística:
Se
refiere
a
la
utilización
del
lenguaje
como
ins-
trumento
tanto
de
comunicación
oral
y
escrita
como
de
aprendizaje
y
de
regulación
de
conductas
y
emociones.
La
comunicación
en
lenguas
extranjeras
exige
también
poseer
capacidades
tales
como
la
mediación
y
la
comprensión
intercultural.
Esta
competencia
contribuye
a
la
creación
de
una
imagen
personal
positiva
y
fomenta
las
relaciones
constructivas
con
los
demás
y
con
el
entorno.
Aprender
a
comunicarse
es
establecer
lazos
con
otras
personas,
es
acercarnos
a
nuevas
culturas
que
adquieren
consideración
y
afecto
en
la
medida
en
que
se
conocen.
El
desarrollo
de
la
competencia
lingüística
es
clave
para
aprender
a
resolver
conflictos
y
para
aprender
a
convivir.
Se
refiere
al
dominio
de
destrezas
comunicativas
en
diferentes
registros,
con
capacidad
de
comprensión
crítica
en
todos los soportes.
Competencia
matemática
y
competencias
básicas
en
ciencia
y
tecnolo-
gía:
Aúna
dos
de
las
anteriores
competencias
con
la
intención
de
difuminar
el
trazo
existente
entre
las
áreas
de
conocimiento
y
las
competencias
básicas.
En
esta
nos
encontramos
con
las
destrezas
relacionadas
con
la
iniciativa
científica,
con
el
desarrollo
de
espíritu
de
investigación
y
con
el
uso
de
los
números
como
lenguaje
en
diversos
soportes.
Habilidad
para
utilizar
números
y
sus
operaciones
básicas,
los
símbolos
y
las
formas
de
expresión
y
razonamiento
matemático
para
producir
e
interpretar
informaciones,
para
conocer
más
sobre
aspectos
cuantitativos
y
espaciales
de
la
realidad
y
para
resolver
problemas
relacionados
con
la
vida
diaria
y el mundo laboral.
Habilidad
para
interactuar
con
el
mundo
físico,
tanto
en
sus
aspectos
naturales
como
en
los
generados
por
la
acción
humana,
de
modo
que
facilite
la
comprensión
de
sucesos,
la
predicción
de
consecuencias
y
la
actividad
dirigida
a
la
mejora
y
preservación
de
las
condiciones
de
vida
propia,
de
los
demás
hombres
y mujeres y del resto de los seres vivos.
Competencia
digital:
Habilidades
para
buscar,
obtener,
procesar
y
comunicar
la
información
y
transformarla
en
conocimiento.
Incluye
aspectos
diferentes
que
van
desde
el
acceso
y
selección
de
la
información
hasta
el
uso
y
la
transmisión
de
ésta
en
distintos
soportes,
incluyendo
la
utilización
de
las
tecnologías
de
la
información
y
la
comunicación
como
un
elemento
esencial
para
informarse y comunicarse.
Aprender
a
aprender:
Se
refiere
a
las
habilidades
relacionadas
con
el
tratamiento
de
textos,
realización
de
esquemas,
capacidades
de
resumen
y
valoración
del
aprendizaje
como
herramienta
social.
Aprender
a
aprender
supone
iniciarse
en
el
aprendizaje
y
ser
capaz
de
continuarlo
de
manera
autónoma.
Supone
también
poder
desenvolverse
ante
las
incertidumbres
tratando
de
buscar
respuestas
que
satisfagan
la
lógica
del
conocimiento
racional.
Implica
admitir
diversidad
de
respuestas
posibles
ante
un
mismo
problema
y
encontrar
motivación
para buscarlas desde diversos enfoques metodológicos.
Competencias
sociales
y
cívicas:
Relacionado
con
los
conocimientos
de
las
instituciones,
el
desarrollo
de
valores
críticos
y
la
adquisición
de
destrezas
de
análisis
social
utilizando
diferentes
medios
y
soportes.
Esta
competencia
permite
vivir
en
sociedad,
comprender
la
realidad
social
del
mundo
en
que
se
vive
y
ejercer
la
ciudadanía
democrática.
Incorpora
formas
de
comportamiento
individual
que
capacitan
a
las
personas
para
convivir
en
una
sociedad
cada
vez
más
plural,
relacionarse
con
los
demás,
cooperar,
comprometerse
y
afrontar
los
conflictos.
Adquirir
esta
competencia
supone
ser
capaz
de
ponerse
en
el
lugar
del
otro,
aceptar
las
diferencias,
ser
tolerante
y
respetar
los
valores,
las
creencias,
las
culturas y la historia personal y colectiva de los otros.
Sentido
de
iniciativa
y
espíritu
emprendedor:
Siendo
este
aspecto
uno
en
los
que
más
recalca
la
LOMCE
y
que
aúna
elementos
de
desarrollo
de
la
autonomía
personal,
conocimientos
del
mundo
económico
y
valoración
del
entorno
social
y
empresarial.
Esta
competencia
se
refiere
a
la
posibilidad
de
optar
con
criterio
propio
y
llevar
adelante
las
iniciativas
necesarias
para
desarrollar
la
opción
elegida
y
hacerse
responsable
de
ella,
tanto
en
el
ámbito
personal
como
en
el
social
o
laboral.
Conciencia
y
expresiones
culturales:
Engloba
conocimientos
sobre
la
cultura
propia
y
ajena,
el
respeto
por
las
diferencias
y
la
valoración
de
la
interculturalidad
en
nuestra
sociedad.
Esta
competencia
supone
apreciar,
comprender
y
valorar
críticamente
diferentes
manifestaciones
culturales
y
artísticas,
utilizarlas
como
fuente
de
disfrute
y
enriquecimiento
personal
y
considerarlas como parte del patrimonio cultural de los pueblos.
En
definitiva,
y
teniendo
en
cuenta
estas
definiciones,
consideramos
que
COLELIBRE,
nuestra
propuesta
de
Programa
Anual
de
Actividades
Complementarias
y
Extraescolares,
contribuye
en
gran
medida
a
la
consecución
y
reforzamiento de todas ellas.