Las Escuelas Normales
Hablar del CEIP “Fray Juan de la Cruz” es hablar de LA ANEJA,  como se conoce a este centro popularmente y como se ha llamado  desde su nacimiento como centro de prácticas unido (anejo) a las  Escuelas Normales encargadas de la formación de los futuros  maestros.   La Escuelas Normales nacieron en España por Ley de 21 de junio  de 1838. La Ley Moyano de Instrucción Pública de 9 de septiembre  de 1857 declara, entre otras, enseñanza profesional la de maestros  de primera enseñanza y establece que habrá una Escuela Normal en  la capital de cada provincia, cuyos gastos se satisfarán por las  respectivas provincias. En Segovia, existió la Escuela Normal de Maestros y Maestras en  sus dos grados, elemental y superior, desde el año 1858, sostenidas  por la Diputación Provincial, hasta que la ley de presupuestos de 29  de Junio de 1887 cambió por completo dicho régimen, pasando a  cargo del Estado las atenciones de enseñanza de las Escuelas  Normales y de los Institutos provinciales de segunda enseñanza. Esta situación dura hasta el año 1898, año en que las Escuelas  Normales sufren una radical reforma, pasando de nuevo a depender  de las provincias y declarando obligatorio el sostenimiento en cada  provincia de al menos una Escuela Normal elemental. La Escuelas  Normales pasan a formar parte de los Institutos. Es época de profunda crisis en España y, aunque en los  presupuestos de la Diputación figura la carga de la Escuela Normal,  lo cierto es que desde 1901 hasta 1914 es en el Instituto donde se  cursan estudios de Maestro elemental y las escuelas Normales están desaparecidas en Segovia. El 21 de agosto de 1914, se publica un decreto por el que deroga  la ley de Instrucción publica de 9 de Septiembre de 1857, que creaba  los grados y títulos de Maestro elemental y superior; se crea el título  único de Maestro de Primera Enseñanza, que aspira a satisfacer las  demandas expresadas por la sociedad española, surgiendo un nuevo  plan de estudios que amplía los conocimientos necesarios para la  obtención del título y eleva a cuatro cursos la formación de los  maestros y maestras. Se crean los Distritos Universitarios, quedando suprimidos los estudios de Magisterio elemental en los Institutos; se  unifican las Escuelas Normales, tanto masculinas como femeninas,  en una única categoría, que confiere el grado para obtener el título  único de Maestro de primera enseñanza. Finalmente, impone la  obligación de que en cada capital de Distrito Universitario exista una  Escuela Normal de Maestros y otra de Maestras, estando las  Diputaciones provinciales obligadas a proporcionar los locales  adecuados.  Existe un profundo debate, la Diputación plantea a los diferentes  Ayuntamientos la posibilidad de asumir cargas y se comunica al  Ministerio la falta de recursos. El Claustro de profesores del  Instituto, con autorización del señor ministro de Instrucción Pública  y Bellas Artes, acuerda dar facilidades a la Diputación de Segovia,  ofreciéndose los profesores que hasta ese momento impartían la  carrera de Magisterio a continuar dando las clases, sin condición  alguna y con gratificación o sin ella. Igualmente, se ofrece el edificio  del Instituto hasta que se encuentre otro local. El 4 de noviembre de 1914, por Real Decreto se crean, entre otras,  las Escuelas Normales de Maestros y Maestras de Segovia, y se  dispone que será de cuenta de la Diputación Provincial el pago de los  gastos que originen.
Para más información sobre la historia de las Escuelas  Normales, puede consultarse este trabajo de Dolores Losada
Los datos anteriormente citados han sido obtenidos de  la publicación de El Adelantado de Segovia “Estudio sobre  las Escuelas Normales” de Lope de la Calle Martín
La primera referencia a LA ANEJA
Aunque se supone que las Escuelas de Prácticas están ligadas  obligatoriamente a la existencia de las Escuelas Normales, para la  formación práctica de los maestros, encontramos su primera  referencia expresa en la Ley Moyano, de 9 de septiembre de 1857, al  imponer la obligación de que cada escuela Normal tenga agregada  una  escuela práctica para que en ella se pudieran ejercitar los  aspirantes a Maestros, mantenida por los Ayuntamientos.  Pero es en el articulo 28 del Real Decreto de 21 de agosto de  1914, cuando se especifica que “los que posean el grado de bachiller  podrán obtener el de maestro después de que aprueben en las  Escuelas Normales las asignaturas de Pedagogía, Religión y Moral, si no la hubieren cursado, y Labores y Economía doméstica, si se  tratase de alumnas, siempre que unos y otras hagan además en la  Escuela práctica aneja a la Normal, o acrediten haberlas hecho en  otras Escuelas nacionales, dos cursos de prácticas pedagógicas ...”.
La ubicación actual
Las Escuelas Normales de Segovia pasaron por diferentes  avatares (desapariciones incluidas) y ocuparon numerosos y vetustos inmuebles (C/ Ochoa Ondátegui, Escuela de Bellas Artes,  Capuchinos, Plaza de los Huertos, Casa de la Tierra, Plaza san  Esteban, etc).  Antonio de la Cruz Leonor, cargo directivo y profesor de Música de  nuestro centro durante 22 años, en un extenso y muy documentado  trabajo realizado para elaborar el Proyecto Educativo de nuestro  centro, aporta algunos datos muy interesantes sobre el devenir  histórico del laborioso y, hasta cierto punto caótico, proceso de las  Escuelas Normales en el siglo pasado. En la época de la República. - 1.931-1.932. El Ayuntamiento solicita al gobierno  que, debido a  la desaparición de la Normal de Maestros, le sean cedidos el edificio  de la residencia de los jesuitas de la  Plaza de Colmenares para  construir la citada Normal masculina. - 1.933-1.934. Huelga de las estudiantes de la Normal de maestras  que apoyan esta petición y es nuevamente  tramitada  por la alcaldía  que, debido a la escasez de fondos, solicita sea asumida por el  Ministerio de Instrucción Pública. Parece que así se hizo, pero  comenzadas las obras se conoce que el edificio de los jesuitas  estaba registrado a nombre distinto de estos, por lo que no puede  destinarse a centros oficiales. Las obras quedaron paralizadas. Ante  esta situación se propuso ceder para Normal el edificio de Sancti  Spíritus. Periodo 1939-1965. Palacio de Quintanar. - 1.945. En una nueva pirueta administrativa, se aprueba el  proyecto inicial y continúan las obras en la residencia de los jesuitas. Se pensaba habilitar para aulas las dependencias del piso principal y  que en breve podrían impartirse clases en el edificio. - 1.957. El Estado compra la antigua finca de los jesuitas (se  supone que el edificio ya había sido comprado para la Masculina)  para la Escuela de Magisterio femenino. - 1.963. A pesar de estos tanteos, no es hasta finales de este año  cuando se presupuesta definitivamente la actual Escuela Normal de  Magisterio unificada. Periodo 1965-1971. - 1.965. Nuevo presupuesto y aprobación del expediente de obras,  las cuales comienzan con la explanación del antiguo terreno de los  jesuitas en agosto de este año. Las obras continúan a buen ritmo en  años posteriores, pero por diversos motivos sufren parones y  demoras. -1.969-1.970. Las obras están paradas. Al edificio,  supuestamente  terminado en su interior, le faltan otras dependencias  (la Lonja que  limita con la facha del edificio, etc). Las obras se reanudan en mayo  de 1.970 y culminan con la inauguración de la nueva Escuela Normal  de Magisterio “Nuestra Señora de la Fuencisla” el de 27 de octubre  de 1.971. La ANEJA, nuestro colegio, es fruto de la Ley de 16 de diciembre  de 1964, sobre modificación de la de construcciones escolares de  1953, y la ley de 1965 sobre reforma de la Enseñanza Primaria. la  ANEJA empieza a funcionar en el curso 1968-69 y es por lo tanto  anterior a la Escuela de Magisterio. En el primer curso, 1968-69, el colegio es sólo femenino,  conservando el nombre de “Graduada Aneja a la Escuela de  Magisterio-Niñas”. Ya a partir del curso 1969-70 se incorpora  alumnado masculino, aunque seguirá manteniendo durante algún  tiempo en su denominación el carácter femenino, como “Colegio  Nacional de Prácticas Femenino Anejo a la Normal”, aunque añade ya la condición “de Prácticas” que no abandonará incluso hasta  nuestros días, en los que oficialmente, además de ser un CEIP, se le  sigue denominando como “Colegio Público de Prácticas”. A partir del curso 1972-73, con la entrada en vigor de la Ley del  70, de Villar Palasí, pasa a denominarse “Colegio Nacional de  Prácticas de la Escuela Universitaria del Profesorado de EGB”.  Durante los años 80, se manejan otros dos nombres para el colegio,  “Colegio Nacional Mixto de Prácticas” y simplemente “Colegio  Nacional de Prácticas”, hasta que en el curso 1991-92 pasa a  denominarse definitivamente CEIP “Fray Juan de la Cruz”.
Unido a la Escuela de Magisterio, unido a la Universidad.
El denominado actualmente C.E.I.P. “ Fray Juan de la Cruz”  supuso en el momento de su puesta en funcionamiento (curso 68-69) la  culminación de un proyecto que suponía, nada menos, que  ubicar un  centro educativo “verdaderamente anejo” a la Escuela de Magisterio,  en el que pudieran realizar los/las estudiantes  de esta carrera las  prácticas necesarias que implicaba su formación,  de una forma en la  que se equilibraba la comodidad con la necesaria coordinación  entre  ambas instituciones. Definitivamente se consiguió que las antiguas “Escuelas Anejas”,  que habían estado localizadas desde sus orígenes (Siglo XIX)  en muy  diferentes  lugares de la ciudad, tuviesen un emplazamiento  concreto, que, además, era el más lógico: próximo a la Escuela,  entonces, Normal de Magisterio, que ya había sufrido también  a lo  largo de su historia  diferentes localizaciones,  hasta el más cercano  en el tiempo que fue el Palacio de Quintanar. Es evidente, pues, que la pequeña o gran historia de nuestro  centro va unida a la de la Escuela de Magisterio y es lógico que esté  unida también a los principios y fundamentos universitarios. La  ANEJA ha sido desde sus orígenes centro piloto, experimental. En su  génesis lleva incorporada la finalidad de la investigación educativa,  de la práctica innovadora y experimental. Hasta el curso 1984-85, la ANEJA dependió directamente de la  Escuela de Magisterio (Ley de Educación de 1970) y era la Directora  de Magisterio la que nombraba directamente por propuesta a los  maestros que formaban parte de su plantilla, seleccionándolos por  méritos entre los que ya tenían la condición de funcionarios o entre  aquellos que accedían desde la Escuela de Magisterio por acceso  directo (con media superior a ocho en todas las asignaturas). Las  propuestas podían confirmarse o revocarse curso tras curso. Nuestro colegio, la ANEJA, fue uno de los primeros centros de  España en tener jornada continua; en experimentar con nuevas  metodologías educativas al margen de los libros de texto; en  introducir las nuevas tecnologías; en implicarse en la educación  integral de su alumnado con currículos ampliados y atractivos  programas de actividades extraescolares; en implantar pioneros  métodos para la enseñanza de varios idiomas; en lograr la efectiva  integración de todo el alumnado; …  Y ya sabemos que de la historia no se vive, pero la historia  impregna, marca, obliga, impone,... Actualmente la ANEJA presenta  un Proyecto Educativo rompedor, singular, en el que la  experimentación y la innovación siguen siendo señas y  manifestaciones de su identidad y su personalidad. Por eso, no vamos a lo fácil y mediático, sino que nos lo curramos  curso tras curso con novedosos programas, planes y proyectos que  nos mantienen en la vanguardia educativa. ¡Garantizado!
Diversos sellos y  logotipos del centro  a lo largo de los años  en su ubicación de la  Calle Taray, hasta los actuales.
Foto de Fernando Peñalosa (¿curso 82-83?)  para El Adelantado  de Segovia, proporcionada por gentileza de Juan Martín Misis.